Narrativa de un ser coherente, enfadado esta vez por el solo hecho de encontrarse reflejado en la pared de su alcoba y verse golpeado. Narrativa ausente, precoz, que se desentiende de las milongas mas alla del zaguan.
Una de esas me desperto ese domingo de Enero, una de esas malditas, malditas y enfermas, enfermas de estrofas tristes y frases precarias, con tonos de guapo, como quien dice. Frases de guapo y acciones, luego de un despertar obligado, con los generos pegados al cuerpo, con la almohada manchada con sangre.
Solia acompanarme cada fin de semana, cada domingo, cada calor, agobiente calor, agobiante milonga. Llegaba junto a esas frases, que me llenaban la grieta con lagrimas , que se tornaban espesas, ayudada por la atmosfera de mi cuarto cerrado, que a pesar de todo, entre las endijas se hacian oir, y junto a ellas la frase y su posterior accion, que no me dejaba pensar, que no me dejaba sentir, que se volcaba hacia mi, que no dejaba vivir.
lunes, octubre 23, 2006
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