miércoles, agosto 09, 2006

Eramos


Solamente en tu dia agradezco de corazon compartir mi dicha, delgada, amena, desde este momento, viva. Dichas asi no encontramos todos los dias, tampoco estos encuentros casi fortuitos, casi impensados, es precisamente aqui donde toman forma, en este conjunto de muros, donde solo ellas conservan la cualidad de poder penetrar, cualidad intacta.
Quedate tranquilo, la moda de las malas lenguas se ha terminado, finalizo correctamente, como debia ser, solo algunos, llenos de intolerancia y a su vez perceverancia la hacen mantener en pie, como quien dice, ridiculamente; tu, por suerte, lo has sabido comprender, agradezco nuevamente.
Compartimos este momento mirando hacia los costados, tomando como propio lo que hace el otro, buscando igualarlo, por suerte mi dicha no lo comparte de ese modo, simplemente te abraza, toma una bocanada del mas puro de los aires y luego te toma de la mano, como aquellos dias, dias que eramos.
Ellas se van, se pierden, es como si se reconocieran nuevamente, esta vez sin disputas, sin obligaciones. Los horarios se hicieron a un lado, el tiempo freno abruptamente, le parecio ver a un niño tras un balon al costado de la carretera.
Ahora si, piensan ellas, es el momento, se esfuman tras esos grises muros, tu desde la ventana me acompañas desde el pensamiento, intentas descifrar mis palabras, estas lejos como ellas, no sientes, delegas.
Ya no nos reconocemos, perpetuamos miradas en lugares fijos, nos mantenemos intactos tras el paso de los años.
Asi fue que te conoci, de la manera mas ridicula dirian esos intolerantes, que finalmente, se sienten como tal; asi fue que te senti, sentir sin reconocernos, dejandolas jugar, sentadas en la fuente que puedo divisar desde el angosto pasillo rodeado de aulas.
¿Triste?, no, en realidad tras delegar, ya no soy, la celadora llama, ellas continuan muy cerca de aqui, besandose, ¡impensado!, quizas, la celadora los asusta, el grito acude a mi, ¿soy?, tu te vas, ¿eres?.

lunes, agosto 07, 2006

Aludiendo a la magia l


Cubierto de esa imperceptible neblina que lleno mi cabeza con minusculas gotas de rocio, narro la historia de un paseo temprano, si temprano, sucedio hace solamente unos minutos, antes de sentarme a escribir, podemos decir que todavia no ha pasado un minuto desde que culmino.
A decir verdad, me ubique en este refugio no con la intencion de narrarlo, es lo que menos pretendia , pero creo que vale la pena que se los cuente.
Este pequeño relato nos sumerge en la interseccion de la calle Pasco y la avenida Rivadavia, ¿donde sino?, lugar tipico de la Capital Federal, paisaje magico solo para los que logran encontrar en esos panoramas un segundo de paz con solo levantar la vista, debido a lo transitado del lugar uno debe tener esa cualidad y aprender a utilizarla, mas que nada si uno no esta acostumbrado a ese tipo de encuentros.
Asi fue que en la insoportable mediocridad que ofrecia este punto logre impulsarlo a la altura de un eden, mas aun, ustedes estaran pensando, ¿que es lo que intenta explicar?, en realidad pocos sabran comprender, es que cuando una persona pasa de habituarse a determinados sitios a otros completamente ajenos, es necesario este tipo de magia de la que les comente.
Uno habituado a aromas de barrio, a calores amigables en tardes de Enero, a los mejores amigos en la puerta de casa, solicitara esa magia al instante cuando se encuentre en alguna de esas esquinas de la gran urbe que conforma esta ciudad.
Yo fui uno de esos, yo me considero algo asi como un hechicero, como explicarles, espero que algunos de los "tantos" que suelen leer estos relatos esten convencidos que no se trata de locura, simplemente, de ganas de mejorar lo cotidiano, de renovarlo, de hacerlo sentir diferente, mejor.
En el momento que decidi hacer uso de ella, resulto. El smog convertido en brisa, los trajes y portafolios en figuras de carton y los numerosos cafes que rodean las esquinas, en aquellas puertas de barrio de las que les hable antes...
Me gustaria seguir, relatarles lo sucedido, pero como les afirme, no era mi intencion, busco en realidad que me cuenten si alguno de ustedes aprendio por lo menos a convertise en aprendiz de mago, en que oportunidad utilizaron esa practica y donde, si en verdad me consideraron un loco, cuenten, porque que me intriga.
Los dejo, sin antes decirles hasta la proxima.